POR UN MUNICIO EDUCATIVO E INTEGRADOR- JUAN MANUEL BETANCOR

Hablar hoy de Educación es hacerlo de manera integral, continuada a lo largo de la vida, que abarque los conocimientos y las competencias básicas necesarias en la sociedad actual.


Esto significa, que el alumnado debe capacitarse para su desarrollo personal, incorporarse como ciudadano activo para una vida satisfactoria y el desarrollo de un aprendizaje permanente a lo largo de toda la vida.

La propia UNESCO (Informe Delors, 1996), señala que el currículum educativo debe fundamentarse en 4 pilares: Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir juntos.

El sistema educativo atiende primordialmente a los dos primeros, aunque se le requiere también su atención a los restantes.

En el contexto municipal, éstos son el núcleo en el que se produce el proceso de socialización. La propia legislación establece que los municipios en materia educativa deben “participar en la programación de la enseñanza y cooperar con la Administración educativa en la creación, construcción y sostenimiento de los centros escolares públicos, intervenir en sus órganos de gestión y participar en la vigilancia del cumplimiento de la escolaridad obligatoria”.

Al mismo tiempo, la legislación educativa contempla que las Administraciones educativas podrán establecer procedimientos e instrumentos para favorecer y estimular la gestión conjunta con las Administraciones locales.

Un municipio educa cuando además de sus funciones tradicionales, económica, social, política y de prestación de servicios, ejerce una nueva función cuyo objetivo es la formación para y por la ciudadanía.

Por tanto, el municipio tiene que convertirse en un agente educativo que incide activamente en la educación de la ciudadanía, en el lugar idóneo para responder, desde él, a las demandas educativas de una sociedad globalizada.

Avanzar en un municipio que promueva una educación inclusiva supondría: Formar mejor a las familias y a los ciudadanos. Reforzar las escuelas con nuevas figuras. Coordinar las políticas de juventud, familia y escolaridad. Impulsar la inclusión de determinados colectivos, como los menores en riesgo de exclusión.

Si queremos situar la educación como eje estratégico de desarrollo de los municipios deberíamos poner en marcha Proyectos Educativos. Estos se fundamentan en tres pilares que son: la transversalidad, la participación y la proximidad. Transversalidad para conseguir la implicación de todos los agentes educativos y que se trabaje desde todas las áreas municipales. Participación entendida desde la corresponsabilidad y el compromiso individual y colectivo. Proximidad, en la medida que son proyectos vinculados al territorio y a la comunidad. (Roser Bertran “Proyectos educativos de Ciudad”)

El primer problema que se plantea es ¿Cómo podemos, desde el ámbito del gobierno municipal, favorecer la participación de las identidades sociales en al ámbito educativo y viceversa? Las acciones pueden ir desde la cooperación para la consecución del éxito escolar, promover los trabajos cooperativos entre asociaciones, colectivos, centros educativos y la propia Administración Municipal. Crear los mecanismos, humanos y económicos, necesarios para que los PEC (Proyectos educativos de Centros) se proyecten fuera del horario escolar. Trabajar en colaboración con los centros educativos, AMPAS y Juntas de Directores en proyectos escolares que favorezcan el asociacionismo juvenil y la participación ciudadana.

Segundo, ¿De qué modo los centros escolares pueden contribuir a formar ciudadanos activos y comprometidos? Colaborando con el municipio en Proyectos integradores que potencien el éxito escolar y la mejora en la formación del alumnado.

Y tercero, ¿Qué vías de participación y actuación se pueden llevar a cabo desde los centros escolares, para ser no sólo parte activa de la realidad social de su entorno sino también colaborar en su transformación y potenciación? Participando en reuniones conjuntas con los diferentes órganos de participación y organización existentes en los barrios y distritos en la elaboración del PEC y si fuese necesario, para crear o potenciar las Escuelas de Padres o participar en proyectos de dinamización en los distritos.

El desarrollo de todas estas políticas necesitarán siempre un triple proceso: cultural, donde los valores están en la base de estos derechos; social, de movilización ciudadana con la que podríamos llevarlas a cabo; y político e institucional para formalizarlos y consolidarlos.



Juan Manuel Betancor León

Secretario Insular de Educación PSC-PSOE